aclaración previa: este texto es parte de un trabajo para la facultad que he estado haciendo estos días. perdónenme por el registro más bien aséptico y simploncillo y los datos ya por todos conocidos, la ocasión lo requería. lo copio aquí porque hasta ahora apenas había hablado de este discazo y tengo ganas de proclamar mi amor absoluto por él.
En 1986, mientras la movida estaba en las últimas y en los 40 Principales sonaba el pop pijo y soso que ahora regalan con El País como si fuera de oro, en Donosti se reunían 4 chicos que remarían contracorriente para salir de aquel mediocre panorama. Jone Gabarain, Teresa Iturrioz, Ibon Errazkin y Peru Izeta, mirando como nadie a Felt, a Sly & the Family Stone o a los BMX Bandits, se embarcaron en aquel pequeño hito llamado Aventuras de Kirlian. Su disco fue demasiado desvergonzado, desnudo y natural para triunfar entre todos aquellos grupos afectados de 1989, pero les bastó para alcanzar cierto reconocimiento y convertirse en grupo de culto.
En 1991 se les sumó Gorka Ochoa y cambiaron el nombre a Le Mans. Cuatro elepés y un montón de singles les sirvieron para convertirse en un referente del pop español, potenciado por la etiqueta "Donosti Sound", que les insertaba en un triángulo con La buena vida y Family en las otras puntas. Sin desmerecer a Un soplo en el corazón (que, es más, puede que sea el mejor disco en español que se haya grabado nunca), ni a los muchos logros de La buena vida, Le Mans fueron mucho más allá del ñoñi-pop por el que se hizo famosa la ciudad vasca. Porque tenían sentido del humor, no se acomodaron en el patrón del éxito y nunca perdieron el norte. Se separaron tras su mejor disco, en 1998.
Desde entonces, además de reediciones y exprimidos de Le Mans, habíamos escuchado algunos experimentos de Ibon, varias colaboraciones puntuales y proyectos menores. Pero en 2005 Teresa grabó un par de epés con la ayuda de Ibon y Jone bajo el nombre Single y, por fin, en 2006 ve la luz Pío Pío, ese álbum que les va a valer para pasar a la historia del pop español y que van a regalar con El País dentro de 20 años... si de aquí a entonces desaparecen los 40 Principales.
Hay que empezar aclarando que Pío Pío es ante todo un disco raro. Cómo si no se puede digerir que en menos de una hora de música pensemos en nombres como Saint Etienne, Tricky, Don Omar, De La Soul, Gregory Isaacs, Veneno y, por supuesto, Le Mans. Un disco heterogéneo, lleno de sorpresas en forma de samplers, giros y ocurrencias varias, que sin embargo mantiene un sonido muy particular y a la vez nada impostado, casi de andar por casa.
No podía haber mejor introducción que la primera pista, llamada consecuentemente Pío Pío: comienza con una base de reggaeton con aire jamaicano (contiene sampler de Skatalites), a mitad de la canción Teresa rapea sobre paisajes a vista de pájaro, el estribillo se asemeja a los de coro eclesiástico y termina con arpegios de guitarra cristalinos. Tras ella, Mi primer viaje nos engaña: parece casi Le Mans, pero la calma se interrumpe por el ruido átono de la ciudad y el estribillo podría ser obra de Vainica Doble. Quiero estar contigo transcurre sobre una relajada base estilo indietrónica que acaba condensándose en breakbeat machacón, a continuación Honey está introducida por un DJ japonés y es tan reggae que casi la podía haber editado la Trojan, Señor invierno vuelve al hiphop o al R&B con el apoyo vocal de Jone, Llévame a dormir tiene aires easy listening y una letra-respuesta a la altura de Vamos a un bar de Astrud, Mira basta es digna de Carlos Berlanga, Vete es triphop y es soul... Y de repente, entre tanto cosmopolitanismo, el rasgueo de una guitarra anuncia una versión de Lole y Manuel, porque ellos sí que fueron modernos. El gran hit del disco es Tu perrito librepensador, una canción pegadiza, inmediata, graciosa y bailable a la vez que inteligente, que ya quisieran haber escrito Mecano para justificar su carrera. Pero después de semejante derroche aún quedan tres cortes llenos de preciosismo, melancolía y cierto swing elegante que redondean la hazaña.
Está claro: el disco de Single no es una publicación más. Lo que hay detrás de Single es un ejemplo de músicos que no se apoltronan en la repetición de esquemas, que toman elementos de la música pop para hacer algo que no es pop, sino otra cosa que aún no ha recibido (ni recibirá) su etiqueta. En una reciente entrevista Teresa declaró que este disco le parece folk. Y, ante la pregunta sobre influencias, que le gustaría ser como Momus. Quizá sea porque Single se apuntan al camino innovador que hace tiempo tomaron pequeños genios incomprendidos por la industria musical como Momus o, en menor media, Astrud y sus austrohúngaros. Poca gente se enterará de ello, pero este disco debería estar en casa de toda la gente.
así en el plano anecdótico, que sepais que el trabajito también incluye análisis de textos de karpov shelby e iván polygon...