17.12.11

#34 · Una fiesta BUAH!

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Queridxs amigxs,

Tenemos el placer de invitaros a una nueva fiesta BUAH!
para presentaros el nuevo número que, por fin, va a salir a las calles.

BUAH! es
economía productiva
(en tiempos de desastre financiero)
es un fanzine fetenísimo
y su número #A va sobre el Ahora

Para celebrarlo - al fanzine y, sobre todo, al Ahora - hacemos una fiesta el próximo sábado 17 de diciembre en Vaciador34, un sitio refetén de Carabanchel. Empezará a las 20.30:

* con las poetas Lamujerabisiniaytú, “pero su corazón sigue intacto”
* luego tocará Le Parody
* y después Patty Hearst pondrá canciones buenas.

Podéis consultar números anteriores y de qué va esta vaina en http://n-1.cc/pg/profile/buah pero os recomendamos apasionadamente que vengáis a conseguir vuestra copia tangible y fungible.

El fanzine es gratis, la entrada también; habrá bote y barra para la autogestión del papel y del local. Vaciador34 está en la c/ Matilde Hernández, 34 2ºizq; Oporto, en Madriz.
 

Bailaremos y las decisiones se tomarán por consenso.

14.12.11

#33 · Ari Up y las que fueron punk hasta el final

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Publiqué este artículo en Diagonal hace muchos meses. Se me olvidó copiarlo aquí en su día y lo hago ahora por dos motivos: para fingir que este blog no está muerto y para recuperarme del susto que me ha dado ver a Palmolive luciendo su faceta cristiana en Españoles por el mundo (28:40).

Chicas que crean, se rebelan y deciden

Entre la reinvención de la masculinidad femenina de Patti Smith a la rubia sin un pelo de tonta de Blondie, Debbie Harry, se esconden mujeres atípicas del Punk, que como Ari Up se enunciaron, con autonomía, inclasificables.

Cuando Ari Up salía al escenario en 1976 bailaba y se remangaba la ropa con una sensualidad exageradamente grotesca. La escena punk londinense, acostumbrada ya al salvajismo, flipaba con que eso lo pudiera hacer una mujer. Tenía 15 años, acababa de empezar con las Slits y poco después giraría teloneando a los Clash.

Siempre nos cuentan que Joe Strummer le enseñó a tocar la guitarra y que Mick Jones era quien se la afinaba. También que como su madre era amiga de Jimi Hendrix y se lió con Johnny Rotten les conoció desde pequeña. Pero nadie nos ha explicado tan patriarcalmente de dónde se sacó ese cóctel maravilloso de juego y rabia, quizá porque lo suyo era muy punk pero no igual que lo de sus amigos. Nos cuesta definir en términos absolutos a mujeres que se enuncian con autonomía, sin oponerlas a ningún sujeto pretendidamente neutro. Voy a intentarlo.



En 1977 las Slits aparecían en Jubilee, el manifiesto visual de Derek Jarman, destrozando un coche a martillazos y envolviendo a una mujer en alambre de espino con naturalidad e indiferencia. Pero para cuando grabaron su primer disco, en 1979, eran mucho más que descarga furiosa. Afrontaron la densidad del post punk con frescura: exploraban una suerte de reggae y funk blanco y hacían las indias –ritmos y gritos tribales incluidos– descaradamente. Sonaban destartaladas y caóticas, con una tendencia cabaretera que se acentuó en el segundo disco. La arrogancia de Ari Up tenía mucho de parodia de los roles de género que se resistía a acatar. Sus bailes absurdos y sus colores chillones prueban que ante todo era una payasa, una entertainer, más que para el público para sí misma.

Tenía grandes compañeras. En aquellos años británicos Siouxsie epataba al frente de sus Banshees; Poly Styrene en X-Ray Specs mandaba a tomar por culo a quienes dicen que a las chicas no hay que escucharlas; a Gaye Advert le importaba una mierda no saber tocar y Delta 5 exigían que les dejaran en paz (hit que repopularizarían las Chicks on Speed). La batería de Slits, Palmolive, se les fugó a las Raincoats, otras que se montaron un cuento de hadas hiperbólico para reírse de la mujeridad imperante.

No vamos a debatir si el punk se inventó en Nueva York o en Londres porque nos pone mucho más la versión de Kim Gordon (Sonic Youth): "El punk lo inventaron las chicas". Pero si leemos las crónicas habituales del otro lado del océano, los papeles que se les reparten son básicamente de groupies y sospechosas de matar a sus novios en el Chelsea Hotel. Necesitamos hacer herstory y acordarnos de que muchas mujeres frecuentaban lo alto del escenario del CBGB: Tina Weymouth (Talking Heads), Annie Golden (Shirts), Poison Ivy (Cramps), Kate Pierson y Cindy Wilson (B52s), Wendy Williams (Plasmatics)... Desde aquel bar Patti Smith reinventaba la masculinidad femenina, Jayne County era "man enough to be a woman" y Debbie Harry inauguraba con Blondie una nueva versión de rubia tonta en las listas de éxitos, la que de tonta no tiene un pelo. En el mainstream estaban instaladas las Runaways de Joan Jett y su lema "las chicas también tienen pelotas, sólo que un poco más arriba".

Con la asertividad que les caracteriza, al menos la mitad del párrafo anterior ha dicho alguna vez que el feminismo se la trae floja. De falta de conciencia y chicha política adolece gran parte del punk (recordemos que la verborrea situacionista de Malcolm MacLaren no habría lucido sin la ropa de Vivienne Westwood). Pero siempre nos quedará la cantante de Teenage Jesus & The Jerks, una tía guapa, lista y feminista que estuvo allí y sigue siéndolo tres décadas después: Lydia Lunch.

Si tiramos del hilo, los rastros de carmín nos llevan a las Vulpess, Ana Curra y otras zorras de la movida; a Kira Roessler en Black Flag y el antisexismo ganando terreno en el hardcore de los '80; a Amelia Fletcher y las valientes del indiepop lo-fi reivindicando el derecho a ser cursis; a mil raves con Hanin Elias y su hardcore digital... y por supuesto a las Riot Grrrls, aquellas que tramaron una red de sisterhood para empoderar a las chicas rockeras que sigue viva en los Ladyfests. Un montón de tías que se inventan a sí mismas y al mundo en el que viven, apasionadas porque en lugar de hacer lo que se espera de ellas se reúnen para participar por sí mismas en la contracultura que les emociona.

De eso Ari Up supo mucho. Su curiosidad le llevó a un devenir jamaicano dub que no todas sus fans supimos digerir. No ser un plato fácil fue otra de sus virtudes. Desde 2006 venía retocando a las Slits y el año pasado lanzaron un LP que defendieron en directo. Murió de cáncer hace tres meses. Otra lección: se puede ser estrella del rock and roll adolescente y tener luego una vida feliz y plena; Ari up usó el derecho a desearse como le dio la gana. Decía que se veía a los 60 años con el pelo verde y tacones altos. Me la imagino así, agitándose en una mecedora, y voy a darle las gracias, a ella y a las que vinieron después, por el inspirador atrevimiento de no ser Typical Girls.

>> Playlist publicada junto al artículo.

17.3.11

#32 · Por qué mola tanto Mapa Sonoro (TVE)

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Esto ya lo sabéis todxs, hasta se han enterado en la Rockdelux, pero si no lo digo yo reviento: Mapa Sonoro es el mejor programa de televisión sobre música que existe. Puede que haya que matizar y tener en cuenta que es el único que se hace en las televisiones estatales (sólo en ETB se atreven a lucirse con Orain), pero, comparativas y superlativos aparte, es jodidamente bueno. Y me parece el mejor programa posible.

Da gusto ver que se están preocupando de lo que importa: de una escena musical andergraun que cada vez nos emociona más y que merece ser contada. ¿Cuántas veces hemos hablado de la cantidad de grupos chulos y diversos que hay ahora? Pues la televisión pública está para documentar eso, qué bien que siga quedando algo de su funcionalidad deseable en un rincón de la parrilla. Qué bien nos lo vamos a pasar dentro de 20 años cuando veamos las reposiciones y nos acordemos de lo felices que fuimos.

Da gusto, también, que aprovechen cuando viene alguien grande (Patty Smith, Billy Bragg, Juan Atkins) y que coqueteen con los géneros que últimamente nos hacen el indie menos cansino (hip-hop, reggaetón, flamenco). Pero lo mejor es que tienen claro que la entrevista promocional es una mierda y prefieren hablar sobre cosas mucho más interesantes: de dónde viene la música, cómo ha cambiado nuestra forma de hacerla y escucharla, qué nos impulsa a ello, cómo puede ser posible hacerlo hoy en día, etc. Por eso no sólo salen músicxs, sino también críticxs, trabajadorxs de la industria y fans. Por eso no puedo imaginar cómo podría ser mejor. Me tienen emocionada.

¿Que tanto plano de carretera y tren es excesivo? Quizá, pero están ahí por algo: van haciendo suelo, haciendo una cartografía emocional de las cosas que nos molan localizándolas sobre el terreno para que podamos llegar a tocarlas. Son imágenes tomadas con cierto esmero y se agradece el intento de salir explícitamente de Madrid y Barcelona, así como alternar salas modernas con locales de barrio, ventas de extrarradio o el salón de casa de una amiga; esos lugares a los que vamos todxs cotidianamente escuchando la música de la que hablan. Sin mostrarnos las transiciones no entenderíamos este oportuno tránsito. Y además son mucho más bonitos que cualquier cortinilla hortera y dan para poner trozos de canciones casi siempre bien buenas.

Por último, me gusta también que detrás ande gente como Roberto HerrerosGuille CascanteLaura Tremoleda, Santi Baró, Joel Rojas... Gente a la que hemos visto hacer grupos chulísimos, escribir de música con criterio y fervor y/o con la que intercambiamos fanzines hace años. Mola que gente así sea la que nos cuente, a nosotrxs lxs músicxs y fans apasionadxs, desde la televisión pública (aunque subcontratando a una productora). Me pone que la cosa pública siga siendo un poquito pública, sí.

Esto viene a cuento de que acabo de ver a Julieta Venegas hablando con la boca llena en la cocina de Ajo, escena cumbre del primer programa de la segunda temporada que estrenaron el lunes y que desde hoy se puede ver en la web:


Pero la primera temporada también estuvo llena de momentos memorables y dan ganas de rescatarlos aunque aún no hayan pasado 20 años. Aquí dejo mi top 15:
  1. Enrique Morente hablando de sus cositas en un bar de La Latina, bajo las típicas fotos de bocatas de calamares. Vemos a un artista hiperbólico diciendo cosas sinceras, interesantes y divertidas. Tan grande que a ratos parece una parodia de sí mismo, en plan Celebrities de Muchachada Nui. Genial y, ahora que sabemos que no se va a poder superar esa entrevista, emocionante. Mítico. (#17).
  2. Las consideraciones sobre la música comercial y Burt Bacharach de Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz (Single) mientras recorren la Gran Vía en un autobús turístico (#13).
  3. El paseo de Kiko Veneno por la Macarena que termina en el Pumarejo, pidiendo cabrillas en el Mariano y explicando, entre otras cosas, que en Sevilla se tira la cerveza mucho peor que en Madrid pero a lxs locales nos mola. Sobre esta elección he de reconocer que me toca porque ese es mi barrio y sale justo lo que echo de menos desde que no vivo allí, pero qué leches, esto va de tocar y tocarse (#8).
  4. La Bienquerida y Joe Crepúsculo cantando y comentando caspa en un karaoke (#17).
  5. Los siempre impecables Kiko AmatMiqui Puig haciendo alarde y emoción de sus exquisitas compras musicales en un bar de - creo recordar - la Rambla de Barcelona (#11).
  6. El Señor Chinarro en su barrio de Málaga. Le dice a su barbero "mírame, si parezco Dostoyevski", se va al bar a por un sol y sombra y termina cantando en una tienda de guitarras (#3).
  7. Fermín Muguruza y Rossy de Palma departiendo con naturalidad en la barra del Alqamaru de Malasaña (#5).
  8. Klaus & Kinski soltando perlas como "las cosas así transcendentes nos parecen de flipaos" mientras comen un plato combinado y empieza a llover en una terraza de Murcia (#17).
  9. Jeffrey Lewis enseñando su cómic sobre la guerra fría en la barra de un bar cutre (#7).
  10. La Mala Rodríguez quedando como una gilipollas. Conste que a mí me encanta su último disco, pero si hay que hacerle un retrato personal lo mejor es contar en 30" que está hecha una diva estúpida y pasar a otra cosa (#16).
  11. Carlos Tena negociando a la baja los singles de los que se quiere deshacer en Discos La Metralleta y hablando de grupos de ahora que molan con César Estabiel (#19).
  12. Joaquín Reyes y Tote King echándose unas risas en la azotea del Patio Maravillas. El de la calle Acuerdo, que tenía unas vistas fantásticas (#1).
  13. La breve escena de Juanjo Sáenz y Antonio Baños (Los Carradine) buscando un bar bajo la lluvia. Les animo a volver a grabar una situación similar pero a las 3 de la mañana, ese sí que es un gran drama generacional que merece ser documentado (#16).
  14. Encontrarnos con Isabel Coixet y su iPod. El otro momento Muchachada Nui del programa (#6).
  15. Christina Rosenvinge tocando en una lavandería. Christina Rosenvinge no me gusta, pero las lavanderías sí y escogieron una bien bonita (#2).

11.3.11

#31 · Astrud, la Coca-Cola, la independencia y otras mierdas

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Ayer hubo comidilla en Twitter porque Manolo Martínez se cabreó al enterarse de que al concierto de Astrud en la Rock Kitchen le ha salido un logo de Coca-Cola:


Tiene toda la razón en que no le haga ninguna gracia, la tendría si montara un pollo más gordo (incluso si se negara a tocar) y nosotrxs sus fans sólo la tendremos si pasamos de ir a este evento.

Recordé este artículo de Wallace Wylie en el que analiza el discurso hegemónico en Pitchfork, es decir, la biblia-canon-norma de la música independiente actual. Luego hablamos de qué leches es ser independiente, pero por ahora nos entendemos, ¿no? Resumiendo, aparecen varios iconos como Iron & Wine, Decemberists y Pains of Being Pure at Heart diciendo que la mercadotecnia de la música indie (en EEUU mucho más acusada y esponsorizada que por aquí, nótese la obviedad) es un inevitable signo de los tiempos. Domina la postura cínica: vale, las marcas no molan, pero no me voy a avergonzar de salir en anuncios y no me vengas con remilgos políticos porque la tradición contracultural está llena de incoherencias y flaquezas. Wylie se queja de que décadas de carticaturización y propaganda nos han hecho olvidar las cosas de la contracultura que sí molan, una ética por la que merece la pena pelearse. Todo aquello por lo que nos identificamos con los grupos a los que ahora copian The Pains y no con los de la MTV, por ejemplo. En conclusión:
Without some sense of an alternative culture, without the idea that some unpopular ideas are important enough to be taken seriously, we allow the dominant culture’s values to be our own given that our built-in bullshit detectors have become attuned to reject every idea of rebellion as foolish and naïve.
Ana hablaba ayer en su blog de las estéticas de grupos que le gustan y las que no. Reivindicaba con mucho acierto a quienes salen fexs en las fotos. Justo ayer comenzaba también el Madrid Popfest, con su cartel lleno de gente desaliñada y entrañables nerds, que esta noche coincide con el dichoso evento cocacolero y se define así:
El Popfest es un festival de indiepop que se celebra por todo el globo, desde Nueva York hasta Roma, organizado por pequeñas células independientes entre sí. Siempre desde una total autogestión, sin patrocinadores, aunque sin renunciar a colaboraciones puntuales con colectivos afines, los Popfest del mundo conspiran para reunir a toda clase de grupos, desde leyendas de Sarah o K records, hasta nuevas promesas de Cloudberry, Wee Pop y Slumberland.
Así da gusto. No estoy diciendo que sea el paradigma perfecto, mi horizonte ideal no es que todo tenga que pasar por el voluntarismo de personas desinteresadas, sino que debería ser posible que hubiera gente viviendo de esto, organizando conciertos profesionalmente y teniendo vidas dignas. Pero tiene que haber una manera que no pase por el chunguísimo empresariado que tenemos; sin que esponsorice Coca-cola o la marca de turno, sin precios escandalosos, alquileres de sala abusivos, garrafones insalubres, mafias exclusivistas, etc. Tiene que haber maneras y las vamos a llamar independientes y alternativas. Yo si no estuviera convencida de que existen esas maneras ya me habría pegado un tiro.

Es más, a poco que le des vueltas a la cabecita puedes conectar esta manera (post)industrial de producir y gestionar la música con una ideología mucho más amplia que vamos a llamar neoliberalismo y que nos está jodiendo a todxs. No conectes sólo con los lobbies que han forzado la ley Sinde, por ejemplo, da un paso más y conéctalo con que tienes 30 años, 2 carreras y estás en paro (o con una beca, o inframileurista, o pagando una hipoteca indecente o la situación precaria que te corresponda). Y usa la cabeza al menos para tomar decisiones de consumo coherentes. Yo si no estuviera convencida de que tenemos capacidad de influencia con nuestras elecciones cotidianas ya me habría pegado un tiro (no sin antes pegárselo también a algún que otro culpable).

Como sigamos con este despiste, el día que se muera Esperanza Aguirre no vamos a reír y a bailar sino a ponernos un lazo negro al lado de la chapita de lxs Pastels... Para que no pase eso tenemos que seguir generando alternativas a los discursos y narrativas hegemónicas que nos colonizan, buscando situaciones de autonomía creativa como creadorxs y como consumidorxs. Yo creo que de eso va la música indie. Y no soy naïf, sino absolutamente realista. Para más argumentación contra el cinismo puedes leer la estupenda entrevista que hicieron a Elena Garmendi en torno al hype:
Los cínicos son también muy útiles al sistema, tienen toda la capacidad crítica y toda la inteligencia para desmontarlo y la utilizan en mostrar sistemáticamente la potencia del mismo. Una producción cultural no dependiente sería el momento en el que esos chavales no necesitaran las narrativas que les sirven de marco de referencia y se lanzaran, como un viaje por el desierto a la construcción de oasis, a contar historias que no dependieran de los productos de la industria cultural. Una sociedad de narradores interdependientes que no se recogen bajo el paraguas del último blockbuster, sino que ponen en marcha sus propias dinámicas narrativas.
Evidentemente porque elijas ir al Popfest no vas a acabar con el hambre en África, salvar a los delfines o llegar a fin de mes. Este post no va de promocionar ese u otro festival. Estoy hablando, simplemente, de plantearnos éticamente el consumo musical que hacemos, de nuestro poder como fans, oyentes, editorxs, productorxs, relatorxs y amantes de música independiente y alternativa. Ser conscientes y actuar en consecuencia.



Para empezar, otro dato del que nos enteramos ayer: Spotify colabora con la visita de Ratzinger a Madrid porque considera que es "importante y constructivo para la juventud". Tú verás si sigues pagando el premium.

27.2.11

#30 · Masculinidad genial

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Dice David S. Mordoh en una crítica sobre el disco de Girls publicada en Rockdelux:
... es un gran álbum, lo es porque, además de relatar disfunciones varias, lleva el factor femenino al campo de la investigación emocional reservado a genios como Jarvis Cocker.
¿Está diciendo que existe un campo de investigación musical exclusivamente masculino? ¿Que este campo está reservado a genios? (El masculino genérico a veces llama a confusión) ¿Que Christopher Owens trae novedosamente el factor femenino? ¿Por qué él? ¿Porque tiene el pelo largo, pinta de marica y no marca paquete? ¿O porque es un chico sensible? ¿Nos creemos todavía que hay cualidades intrínsecamente femeninas y masculinas y nos vale el binarismo para hacer crítica musical?

Díganme que simplemente la frase no es muy afortunada. Yo les diré que cuando se utiliza el adjetivo "femenino" en una crítica se está jugando con fuego.

(La relación causal relatar disfunciones varias -> ser un gran disco ya la discutimos otro día).

13.2.11

#29 · "La fiesta eterna de Wanda Jackson"

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La fiesta eterna de Wanda Jackson
La Reina del Rockabilly vuelve con un disco mediocre pero tenemos razones para disfrutarlo


Me ha encantado escribir este artículo para Pikara Magazine por su ideario y porque me he puesto a reescuchar las canciones antiguas de Wanda Jackson y también de Janis Martin, Brenda Lee y Loretta Lynn. Lo podéis leer y comentar en la web de la revista, pero lo dejo por aquí también para que quede en mi archivo.

8.1.11

#28 · Lo que más me gustó en 2010

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En la foto, Mursego tocando en Ladyfest Madriz 2010. El concierto fue un desastre por problemas de sonido, pero lo disfruté muchísimo porque supo superarlos y emocionarnos (también porque lo organizábamos mis amigas y yo). Entonces no sabía que Bi iba a ser tan fantástico y a crecer hasta acabar como mi más imprescindible del año pasado. Pero sí que todas las allí presentes compartíamos una admiración pasional por Hello Cuca, que nos han regalado una canción de nuevo insuperable. Además, Comet Gain publicaron varias cosas y a mí me encantaron todas. Y me hice fan absoluta de Emilio José y escuché una barbaridad de veces el Chorando Apréndese (Foehn, 2009, descargable), tanto que aún no me he puesto su single A amizade (Discos Garibaldi, 2010) para que no se me gaste.

Pero con eso no se resume un año y al hacer mi lista me han salido nada menos que 60 discos. Y 8 más, y otros veintitantos grupos que no quería dejarme atrás.

La lista, que incluye playlists descargables, pasando el salto.