pop en el sur, día uno

confirmando sospechas y todas las advertencias ajenas: sibyl vane son muy malas en directo. pero es que malas significa que no son instrumentistas virtuosas, que no se saben las canciones al dedillo y que no reproducen lo que está grabado en el disco. o sea, que a mí eso me da igual. y a todo el mundo que haya entendido de qué va su rollo también debería darle.

las chicas tocaron anoche en el fun club (fiesta de presentación del south pop festival) buena parte de su segundo disco, turismo de interior, más los hits del primer mermelada de tomate (a.k.a. celebración de la menstruación). clara siempre decía que lo malo de ellas es que le cantaban a la regla con alegría, pero desde que sacaron el segundo disco hay que reconocer que lo hace con rabia, como debe ser. y así fue el concierto: rabioso y divertido, fantástico y energizante. y un plus de actitud para la chica que toca la batería, que salió a primer plano para cantar te voy a matar y se le dedicó a la duquesa de alba.

los segundos de anoche eran mendetz. la verdad es que en principio me convencieron, porque su puesta en escena a base de gafas newaveras y guitarrazos estridentes hacía bailar al más apático. su casio-punk sonaba más punk y menos casio que en disco, más contundente y bastante irresistible. la versión de blue (da ba dee) fue impresionantemente buena... pero luego se fue desinflando un poco la cosa, a medida que se enhooligaban y se iban pareciendo cada vez más a los klaxons. porque para hacer bailar como berracos también hay que tener clase y estilo, y ahí es donde fallaban.

y hasta aquí esta reseña exprés, que quedan tres días repletos de conciertos y encuentros por delante...