13.2.11

#29 · "La fiesta eterna de Wanda Jackson"

La fiesta eterna de Wanda Jackson
La Reina del Rockabilly vuelve con un disco mediocre pero tenemos razones para disfrutarlo


Me ha encantado escribir este artículo para Pikara Magazine por su ideario y porque me he puesto a reescuchar las canciones antiguas de Wanda Jackson y también de Janis Martin, Brenda Lee y Loretta Lynn. Lo podéis leer y comentar en la web de la revista, pero lo dejo por aquí también para que quede en mi archivo.


Wanda Jackson acaba de publicar un nuevo disco bajo la producción de Jack White. The Party Ain't Over es un elepé correcto, técnicamente muy bien grabado, todo suena en su sitio y tiene momentos chulos; pero no le va a cambiar la vida a nadie. Es uno de esos que la industria fabrica recurrentemente para vivir de glorias del pasado. Como la versión remasterizada en mp3 de algo que aprendiste a amar escuchándolo en vinilo: entra muy bien, pero no emociona. Nos da igual, Wanda Jackson ya nos cambió la vida. Hace cincuenta años.

Dicen que la historia comienza a principios del verano de 1955, cuando una joven de Oklahoma acababa el instituto y emprendía una gira con un tal Elvis Presley, que por aquel entonces no pasaba de promesa regional. Ella ya había grabado un par de éxitos country y era conocida en su ciudad porque tenía su propio programa de radio desde los 15. Pero, como siempre, nos la cuentan alrededor de un hombre y lo que destacan en todas las biografías es que él fue quien le convenció para que se atreviera con el rock and roll.

Fuera como fuera, Wanda Jackson comenzó a sentirse cómoda con este nuevo y alocado estilo y en 1956 firmó un contrato con Capitol Records, con la que grabaría una serie de singles espléndidos. Siempre llevaban un tema rockabilly por una cara y otro country por la otra. El de mayor éxito llegó en 1960, Let's Have A Party, un himno al salvajismo hillibilly que canta con pasión, chillidos y gruñidos.

Jackson apenas cultivaba las baladas y pasaba de la actitud pasiva y adorable de novias dóciles que destilaban las escasas cantantes rockabilly del momento. En Fujiyama Mama, su otro hit, declaraba ser un irrefrenable volcán a punto de erupción capaz de liar las de Hiroshima y Nagasaki juntas; en Hot Dog se iba de marcha con el mejor amigo de su novio para ponerle nervioso; en Cool Love exigía a un chico que le diera “amor del bueno” y se dejara de tonterías mojigatas; en Baby Loves Him hablaba de una chica para quien querer mucho a su novio no significa no poder irse a bailar sola... Y en esta actuación transforma un blues estándar sobre lo malas que son las mujeres difíciles de atar en una irónica celebración de la asertividad. O, como ella dice, una preciosa canción de amor (propio, suponemos):



Otra diferencia entre Wanda y las cantantes-maniquíes es que tocaba la guitarra y compuso algunas de sus canciones. Todo esto con maquillaje y tacones extremos, liberándose de la estética rústica country con una ropa tan sexy que en más de una ocasión le obligaron a taparse antes de salir al escenario. Sabía que sexo rima con rock and roll y se negaba a perderse esa parte de la fiesta. Siempre es muy difícil decir quién fue la primera persona en hacer algo, pero si nos ceñimos a las listas de éxitos y las grandes discográficas no hay duda: la primera mujer empoderada del rock and roll fue Wanda Jackson.

Esta etapa le duró hasta 1963. Nunca vendió demasiado, quizá porque América no estaba preparada para una “Lady Elvis” que no estuviera casada con él. Se pasó al country, le fue mejor y obtuvo una imagen de señora respetable que, a pesar de reivindicar sus fiestas juveniles, nunca quiso abandonar. Menos a partir del 71, cuando se volvió cristiana y cantó gospel un rato. Para nuestra suerte, en el 77 otro dios volvió a convencerla de que lo suyo era el rockabilly, esta vez desde el cielo según dice. Ha seguido girando todos estos años casi sin descanso, cuidando a sus fans en Japón y Europa y grabando algún disco o colaboración ocasional.

Así, llegamos a 2009 y Jack White (de los recién separados White Stripes) llama a nuestra rockera favorita con la idea de producirle algo nuevo. El resultado es el disco correcto del que hablábamos al principio, una jugada para relanzar su carrera y apelar a un público intergeneracional. Ella lo había intentado antes, en 2003, con un disco en el que colaboraba con The Cramps y Elvis Costello. Pero esta vez la apuesta es mucho más certera porque Jack White es ya un productor de los que fabrica oro, aunque sea en términos de repercusión mediática. Así que, a sus 73 años, Wanda Jackson tiene por fin un vídeo en la MTV:



Thunder On The Mountain es una versión de Bob Dylan en la que Jackson no se corta en cambiar la letra, se acuerda de Jerry Lee Lewis en lugar de Alicia Keys y se muestra más sobrada y asertiva que el original, que ya es decir. El disco lo completan revisiones de clásicos como Johnny Cash, Eddie Cochran, Hank Williams o la misma Jackson en los 50 y también una de Amy Winehouse. Como en el single, Jack White consigue un paisaje sonoro contundente pero contribuye a ratos a aguar la fiesta (¡que los solos de guitarra no se pueden bailar!). La potencia se basa en una magnífica sección de vientos que a veces ahoga la voz de la pobre Jackson, a punto de echar a volar por el vendaval. Aún así tiene algunas canciones memorables, por ejemplo suena brillante la enésima puesta en escena del Shakin' All Over. Se puede escuchar en la web de Nonesuch Records.

Actualmente se encuentra en medio de una extensa gira en la que está tocando canciones antiguas y nuevas, unas veces con Jack White y otras con distintas bandas. La única fecha fuera de Estados Unidos, por ahora, fue el pasado día 5 en Torremolinos, en el festival Jamboree. Quienes estuvieron allí dicen que les regaló una actuación también correcta, por momentos entrañable, propia de una señora que está ya en edad de contar anécdotas de abuela. Lo que pasa es que hay pocas abuelas que puedan contar que pasaron un verano con Elvis Presley. Y Wanda Jackson puede empezar por ahí y contarnos mucho más...

Foto: Nonesuch Records.

No hay comentarios:

Publicar un comentario