29.6.10
#18 · Dance to the fascist insect that prays upon the life of the people
Quería contaros que cuando pincho me llamo Patty Hearst y algunas cosas molonas con el número dos:
Este viernes dos de julio vuelvo a pinchar en la sala dos del Garaje Sónico (c/ San Andrés, junto a la plaza del Dos de Mayo, que está en Madriz), de 22.30 a 3h.
Pondré indiepop, punkpop, synthpop, tweepop y otras cosas que terminan en pop. Fijo que caen Blondie, Hello Cuca, Stereo Total, Exploding Hearts, Comet Gain, Margarita, Delorean, Lacrosse, Hot Chip y por supuesto TV Personalities. Al final soy una blandengue y si os veo bailar puede que incluso acepte peticiones.
20.6.10
#17 · Un ensayo con título hortera
La semana pasada estuve escribiendo muchísimo de música para complicarme la vida con un trabajo de un máster que me traigo entre manos. En un ensayo académico de esos que se escriben para demostrar que te has leído la bibliografía obligatoria, pero también es un cachondeo en el que suenan Cohete, Los Claveles y un poco de reggaetón y cito a Elena Cabrera, Simon Reynolds, Dani Granados y a mí misma... o sea, todas las referencias son molonas a tope.
Así que dejo aquí una especie de abstract...
Siguiendo a Henry Jenkins, la convergencia no es sólo un proceso tecnológico, mediante el que los medios se integran técnica y argumentalmente, sino también cultural e industrial. Está relacionado con la cultura de la participación y la emergencia de la inteligencia colectiva como estrategia para gestionar y producir conocimiento complejo de manera colaborativa. Y no hay que olvidar que es también una estrategia económica con la que las industrias culturales maximizan beneficios, minimizan recursos y aprovechan sinergias.
Por tanto es un proceso tanto de abajo a arriba como de arriba a abajo. Lo más destacable es que genera una forma de interacción social que “anima a los consumidores a buscar nueva información y a establecer conexiones entre contenidos mediáticos dispersos”. Estamos viendo como la actitud participativa aparece primero en relación a la cultura popular, pero las prácticas y habilidades que adquirimos en este juego pueden desembocar en cambios en nuestros hábitos políticos y comunicativos a todas las escalas.
Con el objetivo de abarcar un tema tan amplio, en este ensayo vamos a centrarnos en la industria musical para analizar estas transformaciones culturales y tecnológicas y cómo la evolución interrelacionada de sus usos y posibilidades presiona hacia arriba, hacia unas empresas que tienen que adaptar su modelo de negocio a las nuevas condiciones de los mercados si no quieren ser expulsadas de ellos.... y quien quiera seguir leyendo, que vaya al blog "Estribillos convergentes (Jenkins & Manovich remix).mp3". O que escuche esta canción de Los Claveles para la Doropaedia #8, que lo resume fantásticamente:
16.6.10
#16 · Bang the Drums!
Una lista de mujeres que tocan la batería y algunas consideraciones sobre por qué este artículo debería ser mucho más largo.
Hay quien piensa que el mundo no necesita otro artículo sobre “mujeres que...”, que ya está bien de hacernos destacar sólo por una adscripción de género, que en todo caso mola celebrar la cultura feminista y no segregar a las personas según los esquemas binaristas que queremos superar. Puede que tengan razón, pero también es cierto que queda mucho por hacer.
Hay quien piensa que el mundo no necesita otro artículo sobre “mujeres que...”, que ya está bien de hacernos destacar sólo por una adscripción de género, que en todo caso mola celebrar la cultura feminista y no segregar a las personas según los esquemas binaristas que queremos superar. Puede que tengan razón, pero también es cierto que queda mucho por hacer.
15.6.10
#15 · Effi Briest: 'Rhizomes' (Sacred Bones, 05/10)
Si os hacéis llamar como una novela romántica alemana que fue llevada al cine por Fassbinder y tituláis vuestro primer disco con el nombre del modelo epistemológico de Deleuze y Guattari, ¿podemos empezar diciendo que sois absolutamente pretenciosas, verdad?
Effi Briest son seis chicas de Williamsburg – el barrio más guay de Nueva York y por extensión del mundo - que no se andan con chiquitas: para su primer largo se han propuesto recrear un universo propio e hipnótico y lo han conseguido. Post-punk pasadísimo de vueltas, plagado de pasajes oscuros y, como prometen con sólo nombrarlas, empoderamiento trágico y estructuras deconstruidas.
La referencia más clara son las Slits, pero por su disco se podría pasear cualquiera que sepa transformar el mal rollo y la desesperación en gemidos de murciélago y martilleos insistentes: hip hop, kraut rock, dub, relecturas (post)colonialistas y cosillas así. Líneas de bajo tenaces, percusiones densas, voces fantasmagóricas y algún que otro estribillo de vez en cuando para que no se nos atragante, algún momento bailable a lo Blondie. Una especie de rito tribal urbano para coger con mejor ánimo el metro por las mañanas, o, quizá, un discazo.
Publicado en el número 0 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. PDF en su web.
Effi Briest son seis chicas de Williamsburg – el barrio más guay de Nueva York y por extensión del mundo - que no se andan con chiquitas: para su primer largo se han propuesto recrear un universo propio e hipnótico y lo han conseguido. Post-punk pasadísimo de vueltas, plagado de pasajes oscuros y, como prometen con sólo nombrarlas, empoderamiento trágico y estructuras deconstruidas.
La referencia más clara son las Slits, pero por su disco se podría pasear cualquiera que sepa transformar el mal rollo y la desesperación en gemidos de murciélago y martilleos insistentes: hip hop, kraut rock, dub, relecturas (post)colonialistas y cosillas así. Líneas de bajo tenaces, percusiones densas, voces fantasmagóricas y algún que otro estribillo de vez en cuando para que no se nos atragante, algún momento bailable a lo Blondie. Una especie de rito tribal urbano para coger con mejor ánimo el metro por las mañanas, o, quizá, un discazo.
Publicado en el número 0 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. PDF en su web.
14.6.10
#14 · Erykah Badu: 'New Amerikah pt. 2, The Return of Ankh' (Universal Motown, 03/10)
Para lo que hace Erykah Badu se han inventado la etiqueta nu-soul, pero el soul nuevo no es otra cosa que lo que ella hace cada vez que le da la gana sacar un disco. La segunda parte de su retrato americano es ya su sexto y por él continúa su tránsito desde el soul rasgado hacia la electrónica indomable.
Porque es demasiado groovie para llamarlo nu-jazz, demasiado negro para el triphop, demasiada psicodelia para el roots reggae.
El retorno suena un poco menos redondo que lo anterior, más roto, está lleno de esquinas rugosas y húmedas y se calienta con instrumentos analógicos que le dan un encantador toque oldschool. Se supone que esta entrega es más introspectiva y mística, menos política, pero el vídeo de Window Seats, en el que va quitándose ropa por una calle de Dallas hasta [ups, ¡spoiler!] caer desnuda donde mataron a Kennedy, parece decir lo contrario: nadie sabe muy bien de qué habla Badu, pero lo cierto es que no para de vacilar, no se corta un pelo y en cada frase se revela como una tía muy lista y con demasiada personalidad como para que la cacemos. Una Billie Holliday posmoderna.
Y todo con singles que se parecen a ese r&b hortera que se come las listas yankees, hits que le han llevado a acumular nominaciones a los grammies y ventas de discos, pero haciendo maravillas que están a años luz de ese r&b hortera que se come a lxs yankees.
Publicado en el número 0 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. PDF en su web.
El retorno suena un poco menos redondo que lo anterior, más roto, está lleno de esquinas rugosas y húmedas y se calienta con instrumentos analógicos que le dan un encantador toque oldschool. Se supone que esta entrega es más introspectiva y mística, menos política, pero el vídeo de Window Seats, en el que va quitándose ropa por una calle de Dallas hasta [ups, ¡spoiler!] caer desnuda donde mataron a Kennedy, parece decir lo contrario: nadie sabe muy bien de qué habla Badu, pero lo cierto es que no para de vacilar, no se corta un pelo y en cada frase se revela como una tía muy lista y con demasiada personalidad como para que la cacemos. Una Billie Holliday posmoderna.
Y todo con singles que se parecen a ese r&b hortera que se come las listas yankees, hits que le han llevado a acumular nominaciones a los grammies y ventas de discos, pero haciendo maravillas que están a años luz de ese r&b hortera que se come a lxs yankees.
Publicado en el número 0 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. PDF en su web.
13.6.10
#13 · Lidia Damunt: concierto en la Plaza de la Luna, Noche de los Libros (Madriz, 23/04/10)
Por más eventos desorbitados que le haya visto organizar a Gallardón y Aguirre en su competición por ver quién monta el espectáculo más grandilocuente, una nunca puede dejar de sorprenderse: ¿qué leches hacen esta chica y su guitarra subidas a un escenario de tres metros de alto y veinte focos giratorios de ancho un viernes por la tarde en Malasaña?
Pues es Lidia Damunt - la mitad o el tercio, según se mire, de Hello Cuca, las riot grrrls más molonas de por aquí - que está defendiendo sus dos discos con dientes y pandereta. Una tras otra va sacándose mágicamente de La Manga sus mejores composiciones de ese folk rumboso tan irresistible y, como quien no quiere la cosa, Echo a correr, Entre los pinos o Isla de las Bufandas se destapan como las canciones más bailables posibles y hacen mover los tobillos a todxs lxs que escuchan. Lo está dando todo, no va a estropearlo porque “pagan por tocar”, y no escatima resuello en tocar la armónica y gritar mientras aporrea las cuerdas.
Es verdad que un concierto así molaría mucho más en un local pequeño, que nos cabrean estos eventos-escaparate que convierten a nuestras heroínas en género de exhibición, pero no vamos a negar que nos lo estamos pasando fetén. Luego nos iremos a idear otro Ladyfest y celebraremos nuestra precariedad, porque la verdad “es un periódico de Murcia nada más”.
Publicado en el número 0 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. PDF en su web.
Pues es Lidia Damunt - la mitad o el tercio, según se mire, de Hello Cuca, las riot grrrls más molonas de por aquí - que está defendiendo sus dos discos con dientes y pandereta. Una tras otra va sacándose mágicamente de La Manga sus mejores composiciones de ese folk rumboso tan irresistible y, como quien no quiere la cosa, Echo a correr, Entre los pinos o Isla de las Bufandas se destapan como las canciones más bailables posibles y hacen mover los tobillos a todxs lxs que escuchan. Lo está dando todo, no va a estropearlo porque “pagan por tocar”, y no escatima resuello en tocar la armónica y gritar mientras aporrea las cuerdas.
Es verdad que un concierto así molaría mucho más en un local pequeño, que nos cabrean estos eventos-escaparate que convierten a nuestras heroínas en género de exhibición, pero no vamos a negar que nos lo estamos pasando fetén. Luego nos iremos a idear otro Ladyfest y celebraremos nuestra precariedad, porque la verdad “es un periódico de Murcia nada más”.
Publicado en el número 0 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. PDF en su web.
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