parece ser que nos tienen a todos locos con la leyenda del espacio. parece ser que los planetas no sólo no se han muerto, sino que han vuelto con un nuevo género musical que revolucionará el indie, la cultura popular y la identidad andaluza del siglo veintiuno: el "flamenco-noise-rock". muchas cosas para un sólo disco, me parece a mí. ni que fuera la leyenda del tiempo...
primero, hay que descartar de este análisis reunión en la cumbre, si me diste la espalda y sol y sombra, que son cortes normalitos, como cualquier otro de la era post-encuentros con entidades. lo que se dice más de lo mismo y nada brillante, vaya. descartemos también alegrías del incendio, que la han titulado así para dar el pego pero que tiene poco del palo. eso sí, es un temazo que hasta habría cabido en canciones para una orquesta química (aquella recopilación de caras b de cuando los planetas era el grupo favorito de todos nosotros... y todos nosotros éramos adolescentes).
nos quedamos pues con nueve canciones que, según la nota promocional, adaptan distintos palos clásicos del flamenco. pues bien, que venga un flamencólogo a explicarme por qué si estaba loco por ti, yo no me asomo a la reja y negras las intenciones son verdiales, fandangos y soleares, porque a mí me parecen sólo aproximaciones a aquellos ejercicios de intensidad ruidista y catártica con los que solían cerrar sus discos (la caja del diablo o la copa de europa). y no me vale alegar quejío, porque lo que hay ahí es la agonía tan típicamente planetera. ¿y deseando una cosa no es como cuando hacían canciones inmediatas tipo mi hermana pequeña? yo la veo mucho más cerca de phil spector que de pepe el habichuela, la verdad.
así que el disco superinnovador se me queda en cinco canciones... bien, el canto del bute sí que es realmente lo que nos venden: noise-rock con guitarras que sangran y un jota inspiradísimo que sabe sacar de su voz un escalofriante grito sin levantarla ni apenas abrir la boca. sí, ahí sí que tiene razón la promo cuando dice que "no es una fusión de estilos sino la adopción de un alma". tras semejante introducción, el sonido se abre y se hace más amable con la verdulera, que suena muchísimo a gualberto y a los devaneos más jipis de vainica doble en los que él las acompañaba. en entre las flores del campo jota y florent también consiguen que su voz desafinada y su guitarra ruidosa suenen como algo que podría ser flamenco rancio pasado por la batidora de la orquesta química. y la que vive en la carrera parece un ejercicio de retomar el camino que empezaron smash o veneno actualizándolo, pero entonces escuchas a jota cantando "la que vive en la carrera, esa señora lo sabe, la virgen de las angustias, que yo te quiero de veras"... y te parece todo una ridícula impostura y una recontextualización fallida, superada con creces y con menos ruido (musical y mediático) por el mundo según señor chinarro. porque de repente suena todo a pastiche y no concibes que "la identidad andaluza del siglo veintiuno" tenga nada que ver con eso, sino más bien con cuando lo que hacía jota era meterse cuatro millones de rayas.
para terminar, tendrá que haber un camino incluye la siempre legitimadora colaboración de enrique morente. porque si haces un experimento con él parece que has firmado un seguro para que nadie te ponga en ridículo, a pesar de que no aportes nada nuevo respecto a lo que grabó con lagartija nick hace ya once años. supongo que son el tipo de cosas que haces cuando se te ve mayorcito para seguir jugando al adolescente resentido y te toca resucitar una carrera musical... y conste, ojo, que con esto no me meto con los planetas, que al fin y al cabo han hecho un disco que no está nada mal, sino con el director de marketing de bmg españa y con todos los amplificadores de bombos y líneas estratégicas. porque probablemente si no me hubieran tocado al camarón yo ahora estaría diciendo que esto es un discazo.
pd. la foto, por cierto, se la he robado a manolo.
pd2. añado, gracias a probertoj, la opinión del flamencólogo.