14.10.10
#25 · Ahora que lxs indies follan (más y mejor)
Celebremos que el sexo no heteronormativo, diverso y alegre se considera ya una estrategia de marketing.
¿Habéis visto el último vídeo de Devendra Banhart? El del single Foolin', donde es azotado por un tipo negro y maduro, se deja cortar un dedo y sonríe de placer al pasarle el muñón por la boca a una joven rubia que mira de reojo a un cowboy con pluma. Devendra siempre ha mostrado retazos de una sexualidad queer, pero este exceso de sangre, sudor, cuero y dolor explícito (¡que los latigazos se escuchan por encima de la canción!) superan cualquier clip producido por la industria musical que hayamos visto antes.
¿Y el de Male Bonding? Buscadlo, la canción se llama Year's Not Long y son menos de tres minutos de powerpop rotundo en los que unos chavalotes se transforman de deportistas que echan pulsos entre latas de cerveza en maricas libidinosos que celebran la victoria a besos. O quizá lo que cuenta es que se puede echar un pulso salvaje siendo marica, o jugar al baloncesto aprovechando los roces para toquetearse la entrepierna sin dejar de anotar canastas. El nombre del grupo va de eso, de crear lazos afectivos entre hombres.
Lo que choca de estos vídeos no es que muestren prácticas homosexuales. No son meras representaciones como aquel de Sigur Rós de hace unos años, Viðrar Vel Til Loftárása, en el que dos niños se besaban y era bonito hasta empalagar; ejercicios de visibilidad que no sorprenden. En estos se vive, se respira y se folla. No se trata tampoco de esos polvos supuestamente provocadores, homo o heterosexuales, que pueblan vídeos de grupos de rock n roll como los Strokes o Yeah Yeah Yeahs, quienes se empeñan en mostrarnos qué crudo anda el mundo. El binomio sexo y violencia está muy visto en el indie-rock (sobre todo el yankee) y se suele situar fuera de nuestra vida, en un mundo de juguetes rotos o papel de lija extremadamente estetizado. Como si no fuera posible follar por el culo si no es en el baño de la gasolinera más sórdida de New Jersey, como si tú y yo no hubiéramos hecho eso anoche aquí en Madrid.
El caso es que afortunadamente avanzamos y por un lado ya no es necesariamente relevante que chicos guapos y buenos músicos sean gays. Hay un montón de trovadores indiepop que lo son abiertamente (Patrick Wolf, Owen Pallett, Bradford Cox de Deerhunter o Ed Droste de Grizzly Bear) y en sus reseñas a veces se menciona su sexualidad, pero ya no es el argumento principal sino que lo importante son sus canciones, instaladas en los repertorios habituales de lxs consumidorxs de lo que podríamos llamar el indie mainstream. Por otro lado, ese indie que ya no es independiente sino una sección más de la Fnac también descubrió que se puede poner sexy para venderse.
Recordemos que los orígenes del indie son pretendidamente asexuados, un rincón al que les llevó la reacción al falocentrismo machirulo del rock (pero reivindiquemos a honrosas excepciones como Beat Happening, popis encantadores llenos de lujuria). Luego pensemos en las Pipettes, esa all-girl band que parecía diseñada a medida para despertar las hormonas de los gafapastas más sosos, a mi entender el primer producto “indie” masivo que utilizó el sexo como reclamo (aunque velado, que ya hemos dicho que su target es recatado). ¿No es de agradecer que se apele a un imaginario distinto, que se acuerden de lxs que nos aburrimos con el sexo de vainilla?
Muchas gracias hay que darles a Girls por sus maravillosos vídeos. Su hit Lust for Life tiene una versión ligerita y otra más explícita (abajo) en la que han metido todas las tetas, pollas y explosiones que no les cabían en la primera.
En ambas se sucede gente contenta y carnal, es decir, de carne y hueso, nada de maniquíes o barbies. Por cierto, el pene que sirve de micro para el tío que canta “I'm just crazy / And fucked in the head” pertenece el cantante de Hunx & The Punks, otro rey del la imaginería marica (tanto que su LP se llama Gay Singles; recomendamos las posturas de superloca de You Don't Like Rock n Roll, entre B52's y Pansy Division). Volviendo a Girls, hay que ver el emocionante clip de Hellhole Ratrace.
Siete minutos fascinantes en los que un grupo de amigxs se meten mano, se abrazan, comparten birras, cigarros y besos indiscriminados. Roban sugus en un drugstore y se quieren mucho en las aceras, desayunan en un dinner y ven amanecer desde una colina. Una orgía no productiva, casi anticapitalista en plena California, llena de cariño y gente con granos y ropa de outlet. Preciosa.
Más de cerca nos pilla Alegrías del incendio de Los Planetas. Vale que no muestra más que una pareja hetero en la cama, pero cuenta muy a favor que sean gente cercana, que practiquen fetichismo de andar por casa y que se narre con una mirada equitativa (no con ese enfoque habitual del porno masculino, aquí disfrutan lxs dos). Para ser de Los Planetas, fabricantes en cadena de himnos a la mezquindad emocional, es un vídeo bastante sanote.
A pesar de su carácter más bien blandito, fue eliminado de algunas webs y poco difundido por televisión. Quizá el miedo a la censura sea lo que ha forzado a que en el montaje de Underage de lxs Hidden Cameras no salgan niños de 7 u 8 años, o tíos follando que finjan tener esa edad como dice la canción, sino chavales en su última adolescencia bien cubiertos de ropa y pudor. De todas maneras la letra es suficientemente explícita como para epatar a la corrección política.
La gracia de todo esto sería que hubiera muchos más ejemplos, por supuesto más tías, y que saltara al mainstream de verdad, el de la MTV y los productos realmente dañinos. Aunque el lugar que ocupa en la industria nos escame, apostamos una pequeña dosis de esperanza por Lady Gaga. Lo de Alejandro y el rollito “amo a mis amigos gays” es un truño, pero Bad Romance tiene algo que no es exactamente como Madonna: una se hacía fotos con negros cachas, esta baila con tías cyborgs y muertxs y reclama enfermedad y fealdad. Podemos verlo como un símbolo de violencia repugnante, pero en todo caso denota que algo está cambiando y se está moviendo hacia los márgenes.
Estrellas aparte, lo que más nos pone de vídeos como los de arriba es que contienen imágenes inéditas y enriquecedoras. Escapan de los clichés normativos a los que nos tienen acostumbradxs sin llegar a ocurrencias demasiado extravagantes y aparatosas, pueden incluso sernos cercanas. Dice Devendra Banhart que Foolin' es una canción que va de amor al mundo, de compromiso y lealtad con la humanidad. Cómo molaría que tanto amor se tradujera en una marea de prácticas divergentes y deseos indisciplinados. O al menos, de sus simulaciones en Youtube.
Publicado en el número 1 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. La ilustración es de Jotagerre. Se puede ver y descargar mejor maquetado, junto a otros muchos artículos molones, en su web.
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Me ha encantado el post ;)
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminardescubrí esto cotilleando desde el Globo Rápido... ¡¡pero qué bien!! maravilloso post, y el vídeo de los Girls me dejó... bueno, entre sobrecogida y nostálgica, qué bonito.
Gracias por compartir!
Muy interesante tu selección de videos y muy interesante también la visión nada ñoña sobre el tema gay, ...me encanta haber encontrado tu blog.Saludos...
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