Así se hace un verano
Vivian Girls
Moby Dick, 28/07/10
Un verano en Madrid puede ser una cosa muy dura. Menos mal que esta noche hemos venido al concierto de las Vivian Girls y nos han recordado que existen el punk, la velocidad, la desvergüenza, la vida... y que cuando hace calor se multiplican. Porque de eso va este trío neoyorkino: de recordarte miles de cosas chulas y divertidas, sin inventar nada nuevo pero sacando a relucir cosquillas en la tripa. Y por eso vamos a aprovechar la visita para hacerles unas preguntas.
Hace quince minutos que acabó el concierto y esperamos a Cassie Ramone, frontwoman de voz y guitarra, porque es siempre la que se encarga de las entrevistas. Pero nos ve por allí Katy Goodman, la bajista cofundadora de la banda, y nos sentamos con ella en el suelo a las puertas de la sala. Por una vez va a superar su autoconfesada timidez y me deja que le enchufe la grabadora. Será porque el concierto "ha sido divertido" y estamos todas de buen humor.
En los dos años y medio que han pasado desde que sacaron su primer disco (autotitulado, en In The Records), las Vivian Girls se han convertido en una pieza omnipresente en toda crónica del panorama indie yankee. Para ello les han bastado un juego de voces nasales, tres acordes de guitarra ramonianos, una batería bombocéntrica, líneas de bajo ágiles y mucha reverberación. Armadas con ecos de surf y shoegaze, rinden cuentas a la esquizofrenia de haber crecido disfrutando a partes iguales de la negatividad de Nirvana y del centelleo brillante que rodeaba a los Beach Boys.
Es más, aunque lo suyo sea el punk, todo el mundo sabe que las sobreproducidas Shangri-las son su grupo favorito. "Bueno, uno de nuestros favoritos", me corrige Katy. En plan viejuno, "escuchamos mucho por ejemplo a Patience and Prudence, dos hermanas que cantaban en un tono muy alto a principios de los 50 y que son grandes inspiradoras”. ¿Y las riot grrrls? "También son una gran influencia: la principal razón por la que empecé a tocar el bajo fue por Bikini Kill, empezamos a tocar por ellas." Desde luego empoderamiento no les falta. "Sí, es eso. Ayer por la noche en Barcelona actuamos con Aias, que hace un año que empezaron a tocar instrumentos y tienen ya veintitantos años. Eso es lo que aprendimos de Bikini Kill: no tienes que crecer tocando la guitarra para tener un grupo."
Pregunto porque la baterista Ali Koehler les ha dejado hace un par de semanas para irse de gira con Best Coast (el hype de temporada, otrxs que explotan el filón playa lo-fi pero con bastante menos gracia) y su reemplazo es Fiona Campbell, que ha estado esta noche perfectamente a la altura. ¿Es que sólo aceptáis chicas? “No, en principio no teníamos por qué seguir siendo todas chicas, podría haber sido un chico, simplemente Fiona era la persona perfecta”. De hecho prefiere aclarar que “las riot grrrls no son nuestros mayores referentes”. ¿Pero os consideráis feministas? "Sí, ¡por supuesto! Aunque nuestras letras no lo son explícitamente, pero sí lo somos."
El nombre del grupo, por cierto, también es en cierta manera queer: las vivian girls son las heroínas de la atormentada obra de Henry Darger, un artista oficialmente loco que hizo un cómic de 15.000 páginas sobre extrañas niñas con genitales masculinos. Son dibujos de apariencia naïf con mucha retranca, acuarelas de colores pastel en las que, si nos fijamos, podemos ver tripas, torturas y prácticas de bondage. Como las letras de las Vivian, que mezclan cierta obsesión por la muerte con historias de amor a la antigua, esas que hablan de “él” con la pasión de una all girl band sesentera, aunque por supuesto sin caer en la apología del terrorismo romántico y el medianaranjismo de la época. Porque las Vivian son tenebrosas e inmediatas, pero también muy listas.
Y furiosas. En el disco de debut hay una enorme canción de 80 segundos en la que repiten hasta la extenuación la palabra “No”. ¿Habéis contado cuantas veces decís no? “Jajaja... Cassie lo hizo una vez, creo que le salieron 74.” ¿Y a qué os negáis? “Cassie la escribió. Estaba enamorada de un tío, estuvieron saliendo dos meses pero él la dejó por otra chica. Y el día de su cumpleaños fue a su fiesta a decirle que lo sentía y que la quería a ella... entonces pensó no no no no no, no puedes hacer eso.” En el segundo disco (Everything Goes Wrong, In The Red, 2009) la mala leche la refuerza un clima algo más oscuro, pero sin perder una esencia que las hace totalmente reconocibles.
Tienen un sonido que ha creado escuela y pregunto a Katy por gente que se parezca a ellas. “Claro que hay más grupos, mucha gente tocando...” No me quiere decir ejemplos, así que los doy yo: las brooklynianas Dum Dum Girls, las catalanas Aias y las costarricenses Robertas, porque salen nuevas vivians por todo el mundo. ¿No os parece que sois una gran influencia? “Bueno, alguna vez lo hemos oído... yo no lo creo, nosotras somos las que tenemos influencias, grupos de ahora que nos gustan. Por ejemplo Mika Miko, de Los Angeles, que nos encantan y no son muy conocidxs.”
Katy nos cuenta que lleva varios meses viviendo en esa ciudad pero no se ha desvinculado de Nueva York. En los últimos dos años el underground de la City nos está dando muchas alegrías. ¿Es pura aglomeración estadística o hay una verdadera escena? “Sí, existe una comunidad y estamos muy orgullosas de estar en ella. Somos una gran familia. Claro que hay grupos a los que no conocemos, pero somos muchos que estamos muy unidos: Crystal Stilts, The Beets, Woods, Cause Co-motion (aunque estos ya no tocan)...” ¿Y eso cómo se vive? “Nos han ayudado un montón, nuestrxs amigxs nos apoyan mucho, van a los conciertos y nos animan.” Se nota que por allí lxs músicxs se rozan y se mezclan porque no paramos de enterarnos de giras conjuntas y colaboraciones y surgen superbandas como The Babies, la aventura ruidista de Cassie con el bajista de Woods. Además de lxs citadxs, sabemos que son honorables colegas de lxs potentes Titus Andronicus porque hemos visto a Cassie cantando en directo con ellxs)... y en discos de Blank Dogs y Fucked Up, entre otros. Katy tampoco ha perdido el tiempo en California: tiene un grupo con uno de los músicos de Cat Power, “se llama All Saints Day y acabamos de lanzar un single” (It'll Come Around, Art Fag).
Sólo le cambia el tono cuando le pregunto sin maldad por Frankie Rose, la baterista fundadora del grupo. Me suelta asépticamente que “Frankie & The Outs sacan disco en septiembre” y mira para otro lado. Pues sí que parece que acabaron mal tras el abandono de Frankie, que se unió a los Crystal Stilts en medio del revuelo del primer disco. Antes de lanzar su carrera en solitario tuvo un rato para mover las baquetas con las Dum Dum Girls. Su marcha de las Vivian coincidió con la época en que se hicieron famosas a nivel indie-mainstream estadounidense y tuvieron que soportar todo tipo críticas y envidias. Ya sabemos cómo gustan muchos de joder a chicas jóvenes y alocadas y también que las Vivian son muy listas y saben reír las últimas: contestaron con mucha ironía en la canción You're My Guy, “Yeah I'm your Girl / And I should go to hell”, etc.
Volviendo a temas amables, le preguntamos por sitios recomendables en Nueva York y nos habla de Death by Audio, “una sala en Williamsburg en la que todos los días hay un concierto bueno”. Sobre todo si los organiza un tal Todd P, “mira en ToddPNYC.com”. Otra conexión: Fiona colaboraba con él promoviendo festivales.
Y antes de que nos mareemos con tanta red, una última e intercontinental: merece la pena reseñar un vídeo entrañable en el que machacan el Perfect Day de Lou Reed con los británicos Male Bonding. Es posible que la aparición de las Vivian en un corte de su álbum debut (Nothing Hurts, Sub Pop, 2010) haya contribuido a aumentar su resonancia. ¿Tenéis la sensación de que en Europa os tratan mejor? “Bueno, en Nueva York tocamos mucho, hubo una racha de tres meses en la que tocamos casi todas las semanas y una semana en que tocamos tres veces. Un concierto nuestro en Nueva York no es gran cosa.”
La cita madrileña es la penúltima de una gira de 16 conciertos en 19 días. A juzgar por las reseñas que leemos en internet les está yendo fenomenal, a pesar de la paliza todas las noches son una fiesta. No es un sprint raro en su trayectoria si tenemos en cuenta que llevan 399 actuaciones en tres años y medio.
A esto que pasa una chica y, aún sumida en la euforia que han transmitido durante el concierto, le grita “I'm your fan!” Katy contesta “I am YOUR fan!!” Lo dice una tía que hace menos de media hora se ha bajado del escenario para pasearse entre el público sin dejar de tocar apasionadamente. Entre lxs que la veíamos, encantadxs y entregadxs, nadie bailaba ni la mitad de bien que ella. El concierto ha durado poco menos de una hora pero ha cundido: como entre sus dos discos y un puñado de singles no llegan a los 100 minutos, les han dado un buen repaso y les ha sobrado tiempo para regalarnos dos de sus nuevas canciones. Una, Dance If You Want To, es un hit pegadizo e irresistible. La otra tiene extensión, contorsión y estruendo y ha sonado asombrosamente poderosa. Ellas lo quieren todo, ahora.
Pero con tanta gira, ¿cuándo se graba? “Estamos trabajando en un nuevo álbum”, me cuenta Katy emocionada. “Eh mira a ese perro, es un perro raro, tiene la cola rizada”, interrumpe aparentemente igual de emocionada mirando a un parque al otro lado de la calle. Cualquier cosa le distrae de la conversación, lo cual no nos irrita porque es la prueba absoluta de que el amateurismo que se gastan no es pose sino la única manera en que saben comportarse. Vimos en el Twitter de Katy que lo único que echa de menos en su vida es un perro – te puedes enterar de muchos detalles chorras siguiendo a @iamkatygoodman, @hernameisali y @viviangirls, que suponemos que lleva Cassie. Pero volvamos al disco, que “provisionalmente saldrá en abril de 2011”. Explica que durante la gira “hemos tocado estas dos canciones” y que en estudio “ya hemos empezado a grabarlo, pero tenemos que acabarlo porque hemos parado para la gira”. A eso dedicarán el final de este verano.
¿Y luego? “A relajarme”. ¿Cuáles son tus planes? “¿Cuándo acaben las Vivian Girls? Quizá vuelva a dar clases de física en colegios”, que es a lo que se dedicaba antes. En realidad no me refería a proyecciones tan lejanas (esperemos), lo que nos interesan son las canciones de dos minutos que les quedan por regalarnos. Nos hemos enterado de que Katy está ultimando un proyecto en solitario bajo el nombre de La Sera, con la promesa de publicar canciones etéreas en formato single en noviembre y en largo el año que viene. Además, tienen su propio sello, Wild World Records, para editar sus 7'' y grupillos punk siempre con portadas dibujadas por Cassie, que también es ilustradora y evoca el pop-art-brut de Darger y Daniel Johnston. Fiona no va a dejar a su banda anterior, Coasting, un combo del rollo lo-fi punk que estamos manejando, quizá un poquito más indiepop.
En fin, son unas ajetreadas y comprometidas activistas del underground.
Aparecen Fiona y Cassie, las tres juntas son aún más simpáticas, y nos despedimos cuando la entrevista se funde en una conversación múltiple con fans que quieren hacerles fotos. Quién diría, viéndolas comer pipas en pantalones cortos y chanclas, que estas tres tías están detrás, delante o al lado de muchos de los mejores momentos musicales que vivimos y viviremos de manera inmediata. Gente que usa al reverb, al booking manager y a la cerveza como si no hubiera un mañana. Como si siempre fuera verano.
Publicado en el número 1 de Una buena barba, revista digital de cultura queer sin afeitar. La foto es de Eva Casanueva. Se puede ver y descargar mejor maquetado, junto a otros muchos artículos molones, en su web.
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