9.6.07

dios, y la reina y el rey y todos, salven a the clientele

16 comentarios

es la primera vez que le echo tanta cara a una reseña de un disco: ni siquiera he acabado la primera escucha (como podéis ver) y las últimas canciones todavía están en la cola del soulseek. de hecho, hasta hace poco más de una hora ni sabía que the clientele tenían nuevo disco. pero, sea porque el entusiasta chivatazo de alistair fitchett me ha condicionado o sea porque lleva toda la tade lloviendo, me ha entrado una necesidad imperiosa de escribir sobre él.

y contar que es el disco más jodidamente bonito que he escuchado. en lo que va de mes, de año, de vida, no sé, pero el más jodidamente bonito de algo, seguro. mientras se baja la nueve de catorce ya puedo decir que es lo mejor que los ingleses hayan grabado nunca. porque aquí hay más o menos de lo de siempre: de haber escuchado mucho nick drake, de la psicodelia contenida de los byrds, del sueño legañoso del figure 8 de elliott smith y de esa gente elegante que te hace querer que siempre sea de noche y canten los grillos, tipo tindersticks. quizá se pierda un poco de aquel lo-fi soterrado, como de querer sonar a los tv personalities sin que se note, del falso vinilo del memorable suburban light, pero a cambio se gana en producción: todo suena compacto, brillante y perfectamente orquestado.

ya con todas las canciones en mi disco duro y en la lista del winamp me arrepiento de no haber esperado a la compra, llegar a casa, abrir el plástico y hacerlo sonar en el equipo. seguro que así descubriría más matices, más cristal en las guitarras y vibración en la campanilla de un alasdair mclean cuya voz suena implacablemente cálida, como un abrazo de esos que te cogen por la espalda pero te dan el pellizco debajo del estómago.

como me paro entre frase y frase para escuchar bien esta maravilla, el álbum ya ha acabado y voy a por la segunda escucha. reparo en la intersección entre here comes the phantom y los típicos arreglos de ladybug transistor, esos que a los de gary olson les hacen sonar monótonos por reincidir en toda su discografía y a este disco le dan enjundia y riqueza. porque, admitámoslo por muy fanes que nos pongamos, los anteriores strange geometry y, sobre todo, the violet hour tenían canciones de relleno a puntapala y a ratos podrían acabar aburriendo al más sentimentaloide. sin embargo, en este god save the clientele el preciosismo no se confunde con el cortavenismo y hay hasta piezas animadillas, véase winter on victoria street o somebody changed, que ahora mismo me está sonando a lo más rumboso de los jayhawks. no sé a qué coño estoy citando tanto grupo ajeno, si esto es the clientele en estado puro, por cierto. será la obsesión descriptora.

introducida por las percusiones saltarinas de carnival on 7th street, la enorme bookshop casanova hasta hace mover los pieses.

acaba otra vez, con una nana, y quiero repetir. tengo mi primera favorita y es the queen of seville. no es un ataque de localismo, antes de saber el título ya se me había puesto la piel de gallina.

felipe, que llevaba todo el día cantando, se calló con la primera canción. ahora que se ha hecho el silencio, ha vuelto a piar.