tengo que empezar aclarando que una se acerca a un concierto del festival zemos98 con todas las reservas del mundo. lo de la vanguardia sonora no suele ser lo mío, y si me dicen que dat politics han sacado cinco discos que les hacen competir con daft punk como reyes del moderneo francés me dan un poco de pereza. pero si me dicen que en su último disco, wow twist, se dedican a hacer canciones y a pasárselo bien, la cosa pinta mejor.
pese a que el sitio no era en principio propicio, el público impuso la cordura y no tardó ni dos canciones en abandonar las sillas del sevillano teatro alameda y ponerse a bailar como locos. no había otra alternativa. jugueteando con todas las posibilidades de un casio y nosecuántas maquinitas más, con unos efectos de micro que bien valdrían para doblar al pato donald, el concierto se define claramente con tres palabras: frenético, contagioso y, sobre todo, divertido. cierto es que el machaqueo electrónico llegó contadas veces a cotas difíciles de aguantar en un recinto en el que no se podía consumir ni alcohol, pero cada vez que añadían voz era para repetir gritos incendiarios que bien merecían más baile y más respuesta entusiasta del público.
si le buscamos el lado pop al asunto, a mí a ratos casi me podían recordar a stereo total. con una estética coloristamente absurda (geniales los vídeos firmados por skipp), el concierto llegó al clímax con el hit turn my brain off, en el que no paraban de cantar "i just can’t get enough" y el "uuhuahuu" de ça planne pour moi. en plan homenaje a su sello (chicks on speed records) también proclamaron aquello de "we don’t play guitars!" y, en general, demostraron que el punk es avantgarde reinterpretando lo de kraftwerk como si helen love fuera más importante que depeche mode. ¿o es que acaso no mola mil más?
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